Los Países Bajos, conocidos por su distintivo paisaje de molinos de viento, canales serpenteantes y campos de tulipanes en expansión, son mucho más que su estampa de postal. Este país europeo, situado en la llanura costera del Mar del Norte, ofrece una mezcla única de historia, modernidad y una calidad de vida envidiable.
Los Países Bajos son una tierra de contrastes. Desde las bulliciosas calles de Ámsterdam hasta los pintorescos pueblos ribereños como Giethoorn, el país rebosa de encanto en cada rincón. La arquitectura histórica, con sus casas típicas de tejados inclinados y fachadas coloridas, se combina armoniosamente con la modernidad de ciudades como Róterdam, conocida por su innovación arquitectónica y diseño vanguardista.
Los holandeses valoran su espacio personal y adoptan el concepto de ¨gezelligheid¨. Este concepto abarca la idea de calidez, confort y disfrute de los momentos simples de la vida, ya sea compartiendo una comida casera con amigos o paseando en bicicleta por los pintorescos campos.
Los fines de semana en los Países Bajos son vibrantes. Los jóvenes disfrutan de la vida nocturna en las animadas plazas y calles de las ciudades, donde los cafés y bares rebosan de energía y música. Además, el país es apasionado por el deporte, con el fútbol como uno de los favoritos, pero también con una afición por deportes acuáticos como la vela y el remo, dada su proximidad a la costa y a los numerosos ríos y lagos.